La estepa manchega es un ecosistema como pocos en el mundo, que debe su valor ecológico a la transformación del paisaje por la actividad agraria a través de los siglos. Este cambio milenario de la tierra ha derivado en un mosaico agrícola cuyo mantenimiento se hace necesario, entre otras razones, porque se ha convertido en uno de los pocos rincones en el que habitan especies de aves esteparias seriamente amenazadas como la avutarda (Otis tarda), el sisón (Tetrax tetrax), la ganga ibérica (Pterocles alchata) o el alcaraván (Burhinus oedicnemus).
En este contexto, recogiendo el conocimiento aprendido en experiencias previas sobre agricultura y conservación de biodiversidad de la Fundación Global Nature, nació en 2016 el proyecto LIFE Estepas de La Mancha, con el objetivo de ensayar medidas que frenasen el descenso de las poblaciones de las aves esteparias en las estepas cerealistas de Castilla-La Mancha declaradas como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). La estrategia de este proyecto europeo, que se ha centrado en cuatro ZEPA -Humedales de la Mancha, Área Esteparia de La Mancha Norte, San Clemente y Laguna de El Hito- se basa en implicar a los agricultores en la conservación de unas aves que dependen del hábitat agrario para su supervivencia.
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