Tarabilla canaria: ¿por qué tan vulnerable?

La ornitofauna de Canaria destaca por contar con un elevado número de especies y subespecies endémicas en relación con la reducida superficie de estas islas. Sin embargo, los estudios centrados en conocer apropiadamente la biología y ecología de estos taxones exclusivos son todavía muy escasos. Cuando se trata de especies amenazadas, esta falta de información representa además un grave problema a la hora de tomar decisiones adecuadas de cara a conservarlas.

La tarabilla canaria (Saxicola dacotiae) es un claro ejemplo. Esta ave insectívora, actualmente endémica de Fuerteventura, vivió también en los islotes de Alegranza y Montaña Clara, situados al norte de la isla de Lanzarote. Estas poblaciones, descritas como una subespecie diferente (S. d. murielae) (1), debieron extinguirse antes de mediados del siglo XX (2). En 1985 se realizó el único censo de la especie hasta la fecha, estimándose una población de 650-850 parejas (3). Aunque muy probablemente esta cifra infravalorara el número real, podemos afirmar que hoy en día hay incluso menos reproductores que entonces.

Una de las causas posibles del declive actual de la tarabilla canaria es la destrucción del hábitat, ligada al reciente desarrollo turístico de Fuerteventura en muchas de sus zonas tradicionales. Ahí están los casos, por ejemplo, de los barrancos de Vinámar, Butihondo, Mal Nombre o El Ciervo, en la península de Jandía. Otra causa puede ser el exceso de pastoreo, por el elevado número de cabras (más de cien mil censadas en la isla, en régimen extensivo o semiextensivo). La especie ha sido incluida en la categoría de “En peligro de extinción” en el Libro Rojo de las aves de España (4).