Que los lobos matan ovejas y terneros es algo que nadie discute. Sin embargo, las cifras oficiales ponen de manifiesto que la cabaña ganadera no deja de aumentar y la incidencia del lobo es mínima. Es un ejercicio de responsabilidad evaluar estos datos para contrarrestar los intereses sectoriales que están detrás de la mal llamada gestión del lobo.
Por Abraham Prieto, José Antonio de la Fuente y Jesús Anero
La región española con más lobos (Canis lupus) es Castilla y León, siendo Salamanca, Ávila y Segovia las provincias donde el cánido salvaje genera más polémica. Pues bien, si analizamos la información relativa a esas tres provincias, para el periodo entre 2016 y 2020, incluida en el Plan de conservación y gestión del lobo en Castilla y León, descubrimos que, en ningún caso, ya sea en bovino, caprino u ovino, los ataques de lobo afectaron siquiera al 0’7% sobre el total de cabezas.
Pongamos como ejemplo la provincia de Salamanca, donde el lobo es perseguido con saña: los años en los que se dieron más ataques del carnívoro, las bajas causadas representaron el 0’08% sobre el conjunto ovino-caprino, así como ese mismo 0’08% en bovino. Más aún, en 2018 los lobos sólo atacaron al 0’01% de las vacas salmantinas. En las pronvicias de Ávila y Segovia, los ataques de lobos no alcanzaron a afectar al 0'2% del conjunto ovino-caprino. Sobre el mediático bovino de Ávila, excusa que lleva años motivando controles letales de lobos por parte de los agentes medioambientales, la incidencia es del 0'61%; en Segovia, del 0'48%.
AUTORES
Abraham Prieto (apr.prieto@gmail.com), José Antonio de la Fuente y Jesús Anero son miembros del Observatorio del Estado de Conservación del Lobo (OECL), asociación de ciencia ciudadana dedicada al estudio y conservación del lobo ibérico.
Más información:
https://observatoriolobo.com/