Por Abilio Reig-Ferrer, Sergio Morán, Alejandro Izquierdo y Carlos Visera
El 15 de diciembre de 2021, en una charla informal con el escalador Javier Palomares, Sergio Morán supo que había una serie de objetos curiosos en el interior de una cueva situada en una difícil vía de escalada. Entre ellos, varios trozos de cuerdas de esparto, un par de viejas esparteñas o diversos huesos. Javier se preguntaba si habría fallecido en ese lugar algún intrépido lugareño de antaño y permanecían tan sólo algunos vestigios de semejante hazaña. ¿Qué hacían allí, en un lugar de tan difícil acceso, esos restos diseminados por la cavidad?
La presencia de ese material insólito hizo, sin embargo, sospechar a nuestro coautor que podría tratarse más bien del viejo nido de alguna rapaz y, a la vista de un artículo consultado (1), quizás de un quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). Nuestro informante afirmaba haber sacado alguna foto con su teléfono móvil y que nos las haría llegar. En efecto, tan pronto como se recibieron fueron compartidas con los otros tres autores de este artículo y con el jefe del Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat Valenciana, Juan Jiménez, que realizó las gestiones oportunas para que el personal del Centro de Recuperación de Fauna de Alicante y los agentes medioambientales investigaran el asunto.
AUTORES
Abilio Reig Ferrer pertenece al grupo de investigación Zoología de Vertebrados de la Universidad de Alicante.
Sergio Morán Jover y Alejandro Izquierdo Rosique trabajan en el Centro de Recuperación de Fauna de la Santa Faz (Alicante), dependiente de la Generalitat Valenciana.
Carlos Visera Verdú es agente medioambiental e integrante del Grupo de Intervención en Altura de la Generalitat Valenciana.