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A cargo de naturalistas vinculados a esta zona abulense devastada por el fuego

Roble melojo centenario calcinado por el incendio que devastó la Sierra de la Paramera (Ávila). Foto: Jesús Abad.
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Roble melojo centenario calcinado por el incendio que devastó la Sierra de la Paramera (Ávila). Foto: Jesús Abad.

Nace un plan para regenerar la Sierra de la Paramera, en Ávila

viernes 01 de julio de 2022, 14:12h

Casi un año después del incendio forestal que arrasó la Sierra de la Paramera (Ávila), un grupo de científicos y naturalistas ha elaborado un plan de regeneración del medio natural y paisajístico para recuperar la belleza y biodiversidad que atesoraba este valioso espacio protegido. Ya ha sido enviado a las diferentes administraciones.

Por Jesús Abad

Parece que fue ayer cuando contemplábamos cómo el tercer mayor incendio forestal desde que hay datos estadísticos en España asolaba toda la Sierra de la Paramera, en la provincia de Ávila, concretamente más de 22.000 hectáreas en agosto de 2021.

Ante tan dramático hecho, cualquier persona puede quedar sobrecogida si presenta un mínimo de sensibilidad, más si desde pequeños se ha tenido la suerte de recorrer los bellos rincones que atesora esta serranía.

Los que amamos el territorio necesitamos que pronto recupere su seña de identidad arrebatada por el fuego y nos deleite de unos valores naturales incluidos en la ZEC “Sierra de la Paramera y Serrota”, bajo la protección de la Red Natura 2000.

De esta premisa parte la idea de presentar, tras un amplio trabajo de campo y de recopilación bibliográfica, un plan para regenerar el medio natural y paisajístico del espacio afectado por el incendio forestal.

El plan ha sido ya presentado a los municipios de la zona y a distintas administraciones, desde la Diputación Provincial de Ávila a la Junta de Castilla y León, pasando por las Confederaciones Hidrográficas del Duero y Tajo y la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

La iniciativa ha corrido a cargo de un grupo de personas, científicos y naturalistas vinculados a la provincia de Ávila, bien por residir en ella o por conocer y haber disfrutado o estudiado la Sierra de la Paramera. Incluso hay personas que han colaborado en el plan que tienen residencia en municipios en los que las llamas se quedaron a las puertas de sus casas.

Primer diagnóstico
Junto a la realización de un inventario de los diferentes elementos del medio, centrado principalmente en la biodiversidad y el paisaje, una de las tareas fundamentales fue realizar un primer diagnóstico y análisis de la situación.

Gracias a ello se han constatado los efectos de la erosión hídrica, sobre todo tras las fuertes lluvias del mes de septiembre, ante el poco tiempo transcurrido desde el incendio y la ausencia de estructuras para frenar la erosión, como fajinas o albarradas.

Igualmente, la erosión eólica en días especialmente ventosos, algo común en un espacio montañoso como la Sierra de la Paramera, ha sido notable con un importante arrastre de partículas.

Intensa erosión eólica producida en las cotas altas de la Sierra de la Paramera afectadas por el fuego (foto: Jesús Abad).

Respecto a la pérdida de la vegetación, se estima en más de un 95% de su superficie, salvándose algunos pastizales, pequeñas masas de pinar y abedular y parte de las turberas, donde no ha vuelto a verse la planta insectívora Drosera rotundifolia.

Con respecto a las turberas, la presencia de ganado después de producirse el incendio y de motos de cross pueden suponer un impacto importante.

Aspectos negativos y efectos positivos
Como aspecto negativo relacionado con las actuaciones llevadas a cabo por las administraciones en la Sierra de la Paramera tras el paso del fuego, destacamos el ensanche de viales para favorecer los trabajos de corta. Se han efectuado sin apenas dejar árboles en pie que pudieran servir de refugio a pícidos, quirópteros, lagartos verdinegros (Lacerta schreiberi) o para el ciervo volante (Lucanus cervus).

Las obras realizadas en los cauces, donde además de entubarse se han implantado motas o escolleras, han eliminado parte de la vegetación de ribera que logró sobrevivir. Ello supone que en vez de retener, las avenidas se acrecienten, si bien es cierto que en otros tramos se han eliminado pequeñas represas sin uso y se ha revegetado algunas márgenes.

Por el contrario, como efectos positivos apreciamos una regeneración temprana de la vegetación con brotes en fresnos, sauces, melojos, encinas, piornos y helechos y en parte del sustrato herbáceo.

A ello se suma, a pesar de observar la muerte de aves como chochines (Troglodytes troglodytes), la presencia de otras con una cierta filopatría o querencia por el lugar, así como de algunos lepidópteros y mamíferos (jabalí, jineta, corzo, zorro, lobo o tejón), gracias a las huellas y excrementos detectados.

De todas formas hay que ser muy cautos con los indicios de recuperación de la fauna y esperar a la época de reproducción (sobre todo en los primeros años), que puede ser bastante crítica ante la ausencia de cobertura vegetal.

Propuestas del plan
En el plan de regeneración de la Sierra de la Paramera se considera esencial el papel de corredor ecológico de los valles fluviales del Adaja y el Alberche, así como la mole granítica de La Serrota, punto más alto del territorio.

Pisoteo de ganado junto a una de las turberas de la Sierra de la Paramera que ha logrado sobrevivir a las llamas (foto: Jesús Abad).

El plan incluye una serie de propuestas, siempre bajo la premisa de dejar hacer a la naturaleza, aunque con actuaciones puntuales, y partiendo de la necesidad de evitar masas forestales monoespecíficas y conservar los suelos para asegurar el asentamiento posterior de la vegetación y de los diferentes organismos asociados.

Además, debe mejorarse el dispositivo contra incendios forestales, haciéndolo más extenso en el tiempo y dotándole con más personal (bomberos forestales, agentes medioambientales y celadores), tomas de agua y medios en puntos críticos.

Igualmente necesario es implicar a la sociedad en el cuidado del entorno, favoreciendo actividades de educación ambiental, y la autoprotección para evitar nuevos incendios, resaltando que de no actuar la probabilidad de recurrencia de otra catástrofe similar es mayor.

Todas estas acciones han de evaluarse y controlarse periódicamente viendo su efectividad y valorando la posibilidad de mejorarlas o incorporar otras nuevas, intentando conseguir un mundo rural vivo y con futuro a nivel socieoconómico y ambiental para sus gentes.

Estaremos vigilantes
Esperemos que no vuelva a producirse un siniestro similar, motivado en parte por la desidia de una administración autonómica que había permitido una continuidad horizontal y vertical del combustible presente en el pinar que mayormente cubría el emblemático Monte de Utilidad Pública número 47.

Queremos que el plan sirva de apoyo a las diferentes instituciones para que la Sierra de la Paramera recupere su biodiversidad y esplendor perdidos. Estaremos vigilantes haciendo un seguimiento tanto de las medidas que se desarrollen como continuando con el trabajo de campo.

AUTOR
Jesús Abad (jabadsaga@yahoo.es) es geógrafo por la Universidad Complutense de Madrid y bombero forestal.

Agradecimientos
A Javier Balset, Candelas Iglesias, Javier Castro, Carlos Tomás Rodríguez, Carlos Javier Martín, Vicente García, Fernando García, Alejandro Jiménez, Sara de la Paz, Alfonso Martín, Antonio García, Alberto Campos, Inmaculada San Segundo, Jesús Álvarez, Roberto Basilio y otros amigos y amigas de Solosancho (Ávila).

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