Texto y fotos: Andrés Requejo
En julio de 2019 tuve la ocasión de visitar el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, en adelante The Lab. Hablamos de todo un icono para cualquier pajarero del globo terráqueo que se precie de serlo, del que casi todo el mundo de la ornitología ha oído hablar.
Al igual que yo hice, unas 55.000 personas de todo género y condición visitan este centro, ya que en Estados Unidos las universidades son espacios de interés turístico que cuentan con todos los medios.
Conocer The Lab a través de sus amables guías es un goce recomendable a cualquier loco de las aves. Se trata de voluntarios jubilados, con experiencia, amplios conocimientos en la materia y capacidad de trasladar empatía sobre los grupos que guían.
Llegar a primera hora de la mañana a este lugar para realizar la visita outdoor (alrededores) guiada es una vivencia de lujo. Los itinerarios ornitológicos cuentan con senderos cuidados y limpios, protegidos con una cubierta orgánica para evitar la erosión, así como puentes, pasarelas y miradores integrados en el entorno.
Una guía muestra la colección de pieles de aves del Cornell Lab of Ornithology a un grupo de visitantes.
Nos encontramos en el Sapsucker Woods Sanctuary, el espacio natural que acoge la sede de The Lab, donde sin ir más lejos se ha observado más de doscientas especies de aves. En este mosaico de hábitats, con bosques mixtos inundados, praderas de altas herbáceas y hasta lagos la observación de aves constituye el pasatiempo de miles de estudiantes y visitantes.
La visita indoor (interiores) por The Lab permite conocer el funcionamiento de este centro consagrado al estudio y la difusión del mundo de las aves.
No por causalidad una bella escultura de una paloma migratoria (Ectopistes migratorius), ave icónica extinguida, preside la entrada exterior del imponente edificio que acoge The Lab, que también funciona como centro de visitantes. El hall de entrada hace las veces de espectacular observatorio frente al lago Sapsucker.
El recorrido pasa por aulas, laboratorios, la legendaria Macaulay Library, su gran colección de pieles de aves y, cómo no, las obras de arte de Louis Agassiz Fuertes, Roger Tory Peterson y otras tantas figuras que supieron magistralmente combinar conocimiento ornitológico y maestría artística.
El autor, durante su visita a The Lab.
Una historia de más de cien años
La Universidad Cornell, ubicada en Ithaca (estado de Nueva York), es una prestigiosa institución académica que cuenta con numerosos premios Nobel entre sus antiguos alumnos. Uno de sus centros más aclamados es The Lab, creado en 1915 por el ornitólogo Arthur Allen, quien a su vez estudió en Cornell.
Allen, junto a varios entusiastas, compró una finca agraria y ganadera, que acabaría convirtiéndose en el Sapsucker Woods Sanctuary, donde The Lab se ubica actualmente. Lyman Stuart, hombre de negocios, aficionado a las aves y amigo de Allen, ayudó a financiar la construcción del primer edificio en 1957.
The Lab continuó creciendo y en 2003 se trasladó al actual emplazamiento, el edificio Imogene Powers Johnson Center for Birds and Biodiversity. Actualmente está ocupado por más de 250 personas, entre el staff y los estudiantes, dedicados en cuerpo y alma a la investigación, formación y ciencia ciudadana con el objetivo de contribuir a conocer y conservar las aves y, en general, la biodiversidad del planeta.
Un puntal actual de la ciencia ciudadana
Hoy en día, el Cornell Lab of Ornithology ofrece un amplio abanico de clases de ornitología, desde materias básicas a los aspectos más especializados, aunque es cierto que no existe un título de Bachelor degree (BSc) en ornitología equivalente a lo que sería el grado universitario en el sistema europeo. El camino es realizar un BSc en zoología, recursos naturales, biología u otros campos.
Igualmente, existe una completa oferta de cursos online sobre aves. Además, sabedores de la importancia de educar a los más jóvenes en la afición y el respeto a las aves, The Lab ha desarrollado el programa K-12, con recursos educativos dirigidos a profesores y educadores.
La perla mejor guardada
The Macaulay Library es posiblemente la perla mejor guardada de The Lab, un gran banco de datos de fotografías, vídeos y, en especial, grabaciones de sonidos de aves y otros animales del planeta, algo en lo que no tiene parangón.
El Cornell Lab of Ornithology se ha convertido también en todo un puntal en lo que se refiere al impulso de la ciencia ciudadana a escala planetaria.
La comunidad mundial de ornitólogos, birdwatchers y locos por las aves en torno a The Lab participan en todo tipo de proyectos. Entre ellos destaca eBird, probablemente la herramienta de ciencia ciudadana más conocida del mundo.
Miles de pajareros registran sus observaciones en cualquier lugar del planeta, desde una calle de una ciudad a una remota selva. De esta información de acceso libre se sirven unos y otros para beneficio común, tanto para preparar un viaje para observar aves como para obtener datos para un estudio científico.
En este sentido eBird está cobrando una importancia trascendental para el seguimiento y la investigación de cómo afectan a las aves los cambios que se producen en el medio ambiente.
Mi recorrido por The Lab terminó con la sensación de haber conocido un mítico lugar que cualquier aficionado a las aves debería visitar al menos una vez en la vida. Mientras tanto, no dejen de entrar en su espectacular web.
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EL MURO DE LAS AVES
Uno de los atractivos de la sede del Cornell Lab of Ornitology es The Wall of Birds, una obra titánica en forma de mural que la artista Jane Kim realizó para celebrar el primer centenario de esta institución. En ella se pretende mostrar los 375 millones de años de la evolución de las aves. Sencillamente, una gigante y hermosa lección magistral sobre la vida.
Parte de la monumental obra The Wall of Birds, en el interior del edificio que acoge el Cornell Laboratory of Ornithology.
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AUTOR
Andrés Requejo de las Heras (andresrequejo1602@gmail.com) es licenciado en Biología por la Universidad de Barcelona. Como especialista en zoología de vertebrados, ha participado en diversos proyectos de gestión y conservación de la biodiversidad tanto en España como en Latinoamérica.
AGRADECIMIENTOS
A Pat Leonard, responsable de relaciones con los medios del Cornell Lab of Ornithology, y a Victoriano Darias, director de asuntos académicos del campus en Valencia del Berklee College of Music, por la información aportada sobre el sistema americano de estudios universitarios.
VERSIÓN EN PAPEL:
Publicada en Quercus 430 (diciembre de 2021).
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