Texto y fotos: Fundación Dian Fossey
El gorila de montaña es un ejemplo de éxito de conservación. La subespecie estuvo al borde de la extinción a principios de la década de los ochenta, pero gracias al trabajo continuado de Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo, así como de organizaciones conservacionistas como la Fundación Dian Fossey, actualmente son los únicos grandes simios del planeta cuyo número va en aumento. Aunque con una población de un millar de ejemplares, lo cierto es que sigue siendo muy dependiente de las políticas de conservación.
La población en Ruanda de gorila de montaña fue la primera en iniciar su lenta recuperación gracias a medidas como la lucha contra los furtivos, el seguimiento diario de los grupos de ejemplares y el ecoturismo y los beneficios que reporta, así como la participación comunitaria y la atención veterinaria. Esto explica que la subpoblación seguida por la Fundación Dian Fossey creciese significativamente hasta los primeros años de este siglo. Por culpa de la caza furtiva y la destrucción del hábitat en la década de los años setenta y principios de los ochenta, la densidad del grupo de gorilas de montaña estudiado había sido siempre baja en el área del Parque Nacional de los Volcanes donde trabaja la Fundación Dian Fossey. "Pero a partir de entonces este grupo creció hasta los 65 ejemplares, seis veces más de lo habitual", afirma Felix Ndagijimana, director del programa de la fundación en Ruanda y uno de los autores del estudio.
Fue a partir de 2007 cuando la estabilidad de este grupo de gorilas de montaña comenzó a tambalearse coincidiendo con que los machos jóvenes se fueron para formar sus propios grupos, "lo que dio lugar a un mayor solapamiento espacial y a interacciones grupales, que podían ser desde tolerantes hasta muy agresivas, incluso letales", recuerda Ndagijimana. En efecto, según un estudio previo de la Fundación Dian Fossey estas mayores tasas de interacción daban como resultado el incremento de la mortalidad de machos y crías, lo que contribuía a una desaceleración significativa del crecimiento de la población. Sin embargo, la mortalidad por sí sola no explicaba este proceso.
Cambios de grupos entre hembras
El estudio publicado recientemente en Animal Conservation revela que los cambios en la reproducción de las hembras también influyeron. El aumento de los encuentros intergrupales dio a las hembras más oportunidades para moverse entre grupos y se considera que estos movimientos explicarían retrasos en la reproducción. En concreto, el tiempo que transcurre entre el nacimiento de cada cría suele ser de unos cuatro años, pero esta periodo se vio incrementado en casi ocho meses para las hembras que cambiaron de grupo una vez y en hasta 18 meses para las que cambiaron de grupo varias veces.
Grupo familiar de gorilas de montaña.
“Una baja tasa de interacción grupal significa que las hembras tienen pocas oportunidades de moverse ya que generalmente solo se trasladan cuando no están preñadas o no tienen crías que dependan de ellas. El aumento significativo en las interacciones grupales nos brindó por primera vez la oportunidad de estudiar las implicaciones de varios cambios de grupos entre hembras”, afirma Robin Morrison, autora principal del artículo. “Nuestro estudio demuestra que los patrones de movimiento de las hembras y sus consecuencias reproductivas dependen de la dinámica de toda la población y cómo este tipo de factores influye en la conservación, especialmente cuando los grupos tienen una alta densidad”, asegura Morrison.
La importancia de la dinámica poblacional
Afortunadamente, en los últimos años, se ha visto cómo los grupos de gorilas de montaña estudiados han empezado a dispersarse, lo que sugiere que este período de inestabilidad, alta mortalidad y retrasos en la reproducción pueden estar llegando a su fin. “A menudo pensamos en amenazas de conservación extrínsecas, como el cambio climático, la caza furtiva o la pérdida de hábitat, pero estos datos desvelan algunos de los desafíos intrínsecos a los que las especies se pueden enfrentar a medida que se reduce su hábitat. Esta importante información puede ayudar a diseñar estrategias de conservación a largo plazo para garantizar el crecimiento continuo de las poblaciones”, concluye Tara Stoinski, directora científica de la Fundación Dian Fossey.
Artículo de referencia
Robin E. Morrison y otros autores (2022). Cascading effects of social dynamics on the reproduction, survival, and population growth of mountain gorilla. Journal of Animal Conservation https://doi.org/10.1111/acv.12830