Más de la mitad del hábitat de la avutarda en España está amenazado por proyectos fotovoltaicos al quedar fuera de la Red Natura 2000, se concluye en un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Los investigadores consideran que el impacto en la biodiversidad de las energías renovables puede minimizarse mediante una planificación eficaz.
Por Carlos Palacín, Irene Farias y Juan Carlos Alonso
Mediante más de veinte mil localizaciones procedentes tanto de avutardas (Otis tarda) marcadas con emisores como de censos realizados en todas las zonas de distribución de esta especie en España, por primera vez se han identificado las áreas esenciales para la conservación de la mayor población mundial del ave, catalogada como globalmente amenazada en la Lista Roja de la UICN.
Los resultados de este trabajo han sido recientemente publicados por un equipo investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales en la revista Biological Conservation.
Distribución actual de la avutarda en España
Mapa de España elaborado con la información del estudio que muestra la ubicación de las áreas de distribución de las avutardas (áreas naranjas) y los centros de actividad (áreas rojas). Las comunidades autónomas con presencia de avutardas (ordenadas de mayor a menor abundancia) son: (1) Castilla y León, (2) Castilla-La Mancha, (3) Extremadura, (4) Comunidad de Madrid, (5) Andalucía, (6) Aragón, (7) Navarra, (8) Región de Murcia y (9) Comunidad Valenciana.
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En este artículo científico mostramos cómo el conocimiento detallado del área de campeo de una especie emblemática como es la avutarda euroasiática puede ser una herramienta de planificación y evaluación de proyectos de energía renovable –fotovoltaicos, eólicos y de nuevas líneas eléctricas asociadas a los dos anteriores– en los hábitats agrícolas de secano, que constituyen un ecosistema especialmente vulnerable al desarrollo de estas infraestructuras.
De hecho, nuestro estudio revela que el 56% del hábitat identificado de la avutarda se encuentra fuera de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), lo que significa que estas áreas avutarderas, al no gozar de la cobertura de protección europea que brinda la Red Natura 2000, están muy amenazadas por los nuevos proyectos de instalaciones fotovoltaicas.
Esta circunstancia se ve agravada por la reciente aprobación del Real Decreto Ley 20/2022, por el que se acelera la tramitación de infraestructuras de energías renovables fuera de espacios protegidos por la Red Natura 2000, al eximir a dichos proyectos del proceso de evaluación de impacto ambiental (ver página 33 de este número de Quercus).
Protección insuficiente
Es evidente que la actual red española de ZEPA destinada a la conservación de las especies agro-esteparias es muy deficiente en su cobertura. Ejemplo de ello son Castilla y León y Castilla-La Mancha, las dos regiones con más avutardas y las que tienen también mayores extensiones de sus áreas de campeo fuera de las ZEPA, según nuestro estudio.
La situación tampoco es mejor en las regiones con poblaciones avutarderas más escasas y periféricas, donde la declaración de áreas protegidas para la especie es muy incompleta, puede decirse que casi inexistente.
Otra evidencia es que comunidades autónomas donde la avutarda es una especie declarada "En peligro de extinción", como Andalucía, Aragón y Navarra, presentan deficiencias en la declaración de zonas protegidas.
Precisamente estas regiones están sometidas a una fuerte presión para la instalación de infraestructuras de energías renovables, por lo que un desarrollo inadecuado puede provocar una rápida disminución del área de distribución de las especies agro-esteparias.
Un caso muy ilustrativo de desprotección legal es el de la comarca de La Sagra, en el norte de la provincia de Toledo, donde se puede producir una pérdida significativa del hábitat de la avutarda y otras aves esteparias amenazadas, superior al 30%, debido al desarrollo de infraestructuras de energía fotovoltaica (ver Quercus 438, págs. 64 y 65).
Impacto acumulativo
Tanto dentro como fuera de la Red Natura 2000, el hábitat de la avutarda y del resto de especies esteparias se encuentra protegido por diversas normativas de carácter estatal o internacional, como es el caso de la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad o el Convenio de Berna, que prohíben el deterioro o la destrucción de las zonas de reproducción, alimentación o reposo.
De hecho, la aprobación de nuevos proyectos de energías renovables sobre el hábitat de estas especies protegidas está provocando un grave conflicto con la actual normativa de conservación de la naturaleza.
Existe una necesidad urgente de identificar áreas de alta vulnerabilidad para evaluar los posibles impactos acumulativos del actual desarrollo intensivo de las energías renovables promovido por la política de transición hacia un escenario con cero emisiones de carbono.
En general, estos proyectos se evalúan individualmente, caso por caso, sin tener en cuenta los efectos sinérgicos que todos ellos pueden tener conjuntamente sobre las especies protegidas de una región determinada.
Nuestro trabajo ilustra cómo la cartografía detallada de un ave amenazada como es la avutarda puede ser esencial para tomar decisiones adecuadas en el desarrollo de las energías renovables a gran escala.
La trampa mortal de los tendidos
Durante nuestro estudio hemos podido identificar más de ochocientos kilómetros de líneas eléctricas de transporte –superiores a cincuenta kilovoltios– que cruzan el área de distribución de la avutarda. Este tipo de líneas son verdaderas trampas mortales para la avutarda, llegando a causar una mortandad de hasta 2'4 aves por kilómetro y año en algunas zonas. Hay que destacar que la supervivencia de los adultos es uno de los parámetros demográficos más sensibles en especies longevas como la avutarda y que valores de mortalidad elevados pueden afectar gravemente a su viabilidad poblacional.
La única forma de eliminar la mortalidad de aves por colisión en líneas eléctricas –existentes o proyectadas– es el enterramiento de estas estructuras. Además, recomendamos encarecidamente que los proyectos de nuevas líneas eléctricas eviten las áreas de distribución y las rutas de vuelo de las especies vulnerables a la colisión.
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AUTORES
Carlos Palacín (cpalacin@ mncn.csic.es), Irene Farias y Juan Carlos Alonso forman el equipo investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales que ha hecho este estudio.
Artículo de referencia:
Palacín, C.; Farias, I. y Alonso, J. C. (2023). Detailed mapping of protected species distribution, an essential tool for renewable energy planning in agroecosystems. Biological Conservation, 277: 109857 / https://bit.ly/ 3ZrGGyJ
(TEXTO COMPLETO)