El pasado 14 de julio se cumplió un siglo del nacimiento de Hoticiano Hernando, el que fuera guarda del Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega. Merece ser recordada su dedicación a esta reserva natural, considerada como el primer ejemplo de custodia del territorio de España.
Por Jesús Cobo Anula
El Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega (Segovia) fue creado en 1974 gracias al impulso de Félix Rodríguez de la Fuente (1928–1980), por entonces vicepresidente de WWF España, así como por el acuerdo de la población local y la colaboración de muchas otras personas. Entre las primeras medidas llevadas a cabo, se creó un comedero para la gran colonia de buitre leonado (Gyps fulvus) existente en la zona y se contrató una guardería permanente, en la figura de Hoticiano Hernando Iglesias (1923-2015).
Hoticiano desarrolló una labor que trascendió el mero trabajo de la vigilancia. Con escasos medios –en aquel entonces se desplazaba en mula o bicicleta– pero comprometido con la conservación de los valores naturales del Refugio de Rapaces y convencido de la importancia de su trabajo, Hoticiano fue el primer educador ambiental de estos parajes. Con su discurso pausado y tranquilo ilustró y concienció a todas las personas que visitaron las hoces del río Riaza durante aquellos años y que en buen número terminaban la jornada en la casa del guarda Hoticiano, arropados por su familia y escuchando sus anécdotas y enseñanzas.
AUTOR
Jesús Cobo Anula es biólogo conservador del Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega (Segovia), gestionado por WWF España.