¿Puede haber algo más mágico que la unión entre música y naturaleza? Esto es lo que consigue año tras año y cada vez con más éxito la asociación Quercus Sonora, que el primer fin de semana de agosto celebra Festiulloa, un festival de música de cámara en un entorno magnífico: la comarca de A Ulloa (Lugo). El público puede disfrutar tanto de conciertos como de excursiones en las que los organizadores dan a conocer el trabajo de la asociación. Allí ha estado la revista Quercus para contároslo.
Texto: Cristina Vega
Fotos: Quercus Sonora
Del 3 al 5 de agosto se celebró la XIV edición de Festiulloa, el festival de música de cámara de la Ulloa que organiza Quercus Sonora, una asociación fundada por la bióloga Sandra Goded y el músico Rudi Esteban que, además de acercarnos a la música de cámara, quieren concienciar de los problemas medioambientales que vivimos, a través de actividades en la naturaleza y culturales como este festival, cuyos beneficios son destinados íntegramente a su proyecto de protección de los bosques autóctonos a través de acciones de custodia del territorio.
Este año, el festival estuvo dedicado a la pérdida de los bosques a nivel mundial y en él participaron más de treinta músicos de toda España así como la Coral Maestro Barbieri de Madrid. Además se realizaron excursiones y una conferencia sobre la deforestación a cargo de Adolfo Cordero, catedrático de Ecología de la Universidad de Vigo. Para cerrar, nos esperaba una sorpresa.
Entre excursión y excursión, música de coral
El encuentro se inauguró con una agradable excursión por el río Ulla, guiada por Sandra, que nos contó todos los secretos de la fauna y flora de este precioso enclave, con los bosques mejor conservados de la comarca, en el que también pudimos ver antiguos molinos de agua, ya en desuso, pero que tuvieron una gran relevancia en el desarrollo económico de la posguerra.
El entorno del río Ulla fue el escenario de una de las excursiones guiadas por Sandra. A la derecha, uno de los antiguos molinos de agua que aún se conservan en la orilla del río.
El siguiente día por la tarde nos esperaba uno de los "platos fuertes" del festival: el concierto de la Coral Maestro Barbieri de Madrid, dirigida por Fernando Rubio y de la que también es integrante nuestra amiga Sandra, que nos deleitó con piezas de Britten y de Bach que sonaron a gloria en la iglesia de San Miguel de Monterroso (Lugo). Todo un lujo fue también la participación de cuatro solistas que acompañaron a la coral.
Los integrantes de la Coral Maestro Barbieri reciben el aplauso de los participantes que asistieron al concierto en la Iglesia de Monterroso.
El tercer día empezamos con otra excursión, esta vez a través de un bosque, principalmente de castaños, para conocer algunas de las fincas custodiadas por Quercus Sonora. Este paseo lo aprovechó Sandra para contar al extenso grupo que allí nos reunimos los avatares por los que pasaron para conseguir comprar o custodiar algunas de las fincas en las que actúan para favorecer y recuperar el bosque autóctono de la zona.
Nuestra guía Sandra nos dio interesante información sobre los bosques autóctonos gallegos y nos explicó en qué consiste el trabajo de Quercus Sonora para protegerlos.
Por la tarde le tocó a Adolfo Cordero, catedrático de Ecología de la Universidad de Vigo, traernos de nuevo a tierra a través de su magnífica conferencia sobre cuáles son las causas y consecuencias de la deforestación de bosques tropicales de varios países en los que ha trabajado. A todos nos dejó bastante preocupados y puso en evidencia aún más, si cabe, la importancia de la labor de asociaciones como Quercus Sonora para recuperar nuestros bosques autóctonos.
Un final de lujo
Y llegó el último día del festival. En la casa-escuela de Peibás, cerca del municipio de Antas de Ulla, bajo la batuta de Jorge Yagüe, director de la Joven Orquesta Leonesa, más de treinta músicos venidos de diferentes puntos del país interpretaron obras de lo más diversas en una primera parte de un magnífico concierto. Tantos eramos los asistentes que muchos tuvimos que disfrutarlo desde fuera a través de las ventanas abiertas del edificio.
Momento del concierto ofrecido en la casa-escuela de Peibás, cerca del municipio de Antas de Ulla, en el que actuaron más de treinta músicos venidos de diferentes puntos del país.
Como broche final, músicos y espectadores nos trasladamos hasta el emblemático carballo de Amoexa, un imponente roble de más de ochocientos años bajo cuya copa pudimos asistir a la segunda parte del concierto. Todo un lujo para cerrar este inolvidable evento.
Así puedes ayudar a los bosques gallegos
Gracias a las aportaciones económicas que recibe de socios o de donaciones puntuales, la asociación Quercus Sonora adquiere fincas con la finalidad de recuperar y proteger el bosque autóctono y su fauna. Además del festival Festiulloa también organiza otras actividades como la limpieza de ríos y fincas, charlas y jornadas de educación ambiental dedicadas a los más pequeños, entre otras.
Si quieres echarles una mano en su magnífica labor, puedes hacerlo en:
http://quercussonora.blogspot.com/p/hazte-soci.html
El proyecto merece la pena.
Los músicos se preparan bajo el carballo Tenebrae, un impresionante roble de más de ochocientos años que sirvió de marco final para el concierto que cerró Festiulloa 2023.
Si (
No(
