Tras décadas de seguimiento del aguilucho cenizo en Extremadura, se han evaluado los efectos negativos que en algunos años las condiciones climáticas tienen sobre los parámetros reproductores. La de 2023 ha sido un ejemplo de temporada catastrófica, por el efecto combinado de la sequía, las olas de calor, las lluvias torrenciales y el granizo.
Por Brigitte Berger-Geiger, Manuel Calderón y Daniel Merino
Tras 23 años ininterrumpidos de campañas de salvamento del aguilucho cenizo (Circus pygargus) en Extremadura (27 años en el caso de la comarca de La Serena, en la provincia de Badajoz), venimos constatando un continuo altibajo tanto en la población de estas aves (número de parejas), como en los resultados reproductivos (productividad).
En base a los resultados obtenidos en La Serena desde los años noventa, hemos tenido algunas temporadas que pueden calificarse como desastrosas para el aguilucho cenizo, siendo en todas ellas las condiciones climatológicas adversas la principal causa de estos resultados.
Hasta la presente temporada, habíamos tenido cinco de esos años nefastos. En 1999 y 2005 la problemática vino dada por una sequía prolongada en primavera, que ocasionó una deficiente cobertura vegetal, dejando los nidos expuestos frente a los depredadores.
AUTORES:
Brigitte Berger-Geiger, Manuel Calderón y Daniel Merino trabajan en las campañas de salvamento y seguimiento del aguilucho cenizo en Extremadura promovidas por la Asociación Naturalista Amigos de la Serena (Anser).
Contacto:
anserserena@gmail.com