Una docena de refugios de madera para murciélagos instalados en el Real Jardín Botánico de Madrid facilitarán la eliminación de plagas de insectos dañinas para las personas, como el mosquito del Nilo, y permitirán el asentamiento de poblaciones de distintas especies de quirópteros en toda la zona verde del centro de Madrid.
Por el Real Jardín Botánico de Madrid
La pregunta que nos han formulado algunos de los visitantes del Real Jardín Botánico-CSIC (RJB) respecto a unas cajas de madera instaladas en las copas de algunos árboles en varios espacios la responde el jefe de nuestra Unidad de Jardín y Arbolado, Mariano Sánchez, informando de que se trata de refugios para murciélagos colocados en lugares estratégicos con el doble objetivo de mejorar la biodiversidad vegetal y contribuir a la conservación de estos quirópteros.
“Los murciélagos son unos animales que juegan un papel importante en el control de insectos y ante la amenaza que para la población humana pueden suponer algunas plagas dañinas e incluso mortales como el mosquito del Nilo decidimos instalar estos refugios. Para su colocación contamos con la colaboración de Elena Tena, coordinadora nacional del Atlas de Murciélagos de España en Tragsatec”, señala el jefe de Jardín y Arbolado del RJB.
Elena Tena, doctora en Biología por la Universidad Complutense de Madrid, que ha sido investigadora postdoctoral en el grupo de murciélagos de la Estación Biológica de Doñana del CSIC y es integrante de la junta directiva de la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de Murciélagos (SECEMU), aclara, en primer término, que con la colocación de los refugios se persigue el asentamiento de los quirópteros: “No incorporamos a los murciélagos a las cajas, tampoco los llevamos al jardín en sacos ni se instalan los refugios con ellos ya dentro, como si vinieran de serie”.
Mantener y aumentar la diversidad biológica
La investigadora, que próximamente tiene previsto ofrecer una conferencia divulgativa en el RJB sobre los hábitos, costumbres, alimentación y otros aspectos de las distintas especies de murciélagos para un mejor conocimiento por la ciudadanía de estos animales, valora positivamente la decisión de colocar estos refugios que permitirán mantener e incrementar la diversidad biológica en el centro de una gran ciudad como Madrid.
“El Jardín Botánico y El Retiro integran una importante zona verde que permite a los murciélagos beber en los distintos puntos de agua, ya que son especies que se deshidratan con facilidad al evapotranspirar constantemente por las alas, y alimentarse de los numerosos insectos, muchos de los cuales son plagas o transmiten enfermedades, como el mosquito del Nilo o los flebótomos cuya picadura es el medio de transmisión de la leishmaniasis”, explica Elena Tena.
Interior de una caja-refugio con cuatro murciélagos, algunos de ellos con la anilla visible para el control de estos ejemplares (foto: Elena Tena).
Algunas especies del género Pipistrellus pueden ingerir hasta 3.000 insectos en una sola noche. En términos de biomasa estos murciélagos pueden comer cada noche un tercio de su peso en insectos y llegar a dos tercios en épocas de máxima actividad como la crianza. Haciendo un símil, es como si una persona de unos sesenta kilos de peso tomara cada noche entre 20 y 40 kilos de alimentos.
En todo el mundo más de 500 especies de plantas de unas 67 familias dependen de los murciélagos como sus polinizadores. Plantas como las cactáceas que proporcionan fruta, agaves que producen fuentes de fibra y tequila, o eucaliptos son polinizados por estos animales.
Control y monitoreo en primavera y en otoño
Con motivo de la instalación de estos refugios, según indica la especialista en murciélagos, se llevarán a cabo dos planes o épocas de control y monitoreo. Uno en primavera, momento de la crianza, revisando tanto las colonias de cría como los machos dispersos. El segundo monitoreo se hará en otoño, coincidiendo con la época de celo.
Estas revisiones permitirán también colocar en algunos murciélagos una anilla semiabierta en su antebrazo, al igual que se hace con las aves, para realizar un seguimiento y control de sus movimientos y también para conocer qué especies se localizan en el RJB.
De momento, en la zona ya se han encontrado siete especies diferentes: murciélago común (Pipistrellus pipistrellus), murciélago soprano o de Cabrera (Pipistrellus pygmaeus), murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii), murciélago rabudo (Tadarida teniotis), murciélago de montaña (Hypsugo savii), murciélago hortelano (Eptesicus serotinus) y nóctulo pequeño (Nyctalus leisleri), este último es forestal, es decir que en lugar de refugiarse en fisuras de edificios lo hace en huecos de árboles.
Los doce refugios instalados en el RJB en zonas cercanas al agua, como la charca de las ranas o el estanque de la noria, contribuirán, además de lo comentado, a proteger los murciélagos, especies amenazadas en algunos casos y protegidas en todos ellos. “Seguro que esta iniciativa educa y sensibiliza a la ciudadanía, al conocer mejor el papel y la importancia de estos mamíferos”, concluye Tena. También servirá para desmitificar el papel de “alimañas voladoras” que se les atribuye, siendo perseguidos por el temor y la superstición injustificados, según esta especialista.
Los refugios han sido instalados por el equipo de poda que trabaja en el RJB y el alumnado de poda de la escuela taller de esta institución.
Más información:
La Asociación Española para la Conservación y el Estudio de Murciélagos dispone en su web de amplia información sobre estos animales además de material divulgativo y de algunas pautas de cómo actuar si te encuentras uno en el suelo o colgando en casa.
Material adicional:
Vídeo sobre refugios para murciélagos en el Real Jardín Botánico de Madrid.