La geocronología es una ciencia fundamental para estudiar los yacimientos, ya sean arqueológicos o paleontológicos. La combinación de diferentes métodos de datación, tanto relativos como numéricos, permite a los científicos reconstruir la historia de la vida sobre la Tierra y comprender mejor cómo y cuándo vivieron nuestros antepasados.
Por Davinia Moreno
Todo el mundo entiende lo que dura un día, un año o incluso un siglo. Pero cuando hablamos de miles o millones de años, nuestra capacidad de comprensión se ve sobrepasada. Tenemos una percepción del tiempo condicionada por la corta duración de una vida humana, que ronda los 82 años de media. Así pues, sólo comprendemos fácilmente aquello que tiene una duración similar a nuestra propia existencia y, cuanto más nos remontamos hacia atrás, más difícil nos resulta imaginar el tiempo transcurrido. Sin embargo, si queremos entender la historia de nuestro planeta y de los organismos que han vivido en él durante los 4.600 millones de años de antigüedad que tiene la Tierra, es imprescindible aprender a manejar estas cantidades de tiempo tan abrumadoras.
Los amantes de la paleontología y la arqueología saben que los restos que encontramos en los estratos de un yacimiento, como huesos de animales, restos de flora, herramientas de piedra o fragmentos de cerámica, pueden ofrecer una idea inicial sobre la cronología del lugar. Sin embargo, para obtener una datación fiable es necesario recurrir a técnicas científicas que permiten fijar con precisión el momento o intervalo temporal en el que esos estratos se formaron. Esto es lo que se conoce como “datar un yacimiento” y para hacerlo los geocronólogos utilizan diferentes técnicas que se conocen como métodos de datación, divididos en dos categorías: relativa y numérica. Ambos son fundamentales para comprender la historia de un yacimiento y usar uno u otro depende de las características de cada lugar y de los materiales disponibles para ser analizados.
AUTORA:
Davinia Moreno García es licenciada en Geología por la Universidad de Zaragoza y máster en Divulgación Científica por la Universidad Isabel I (Burgos). Trabaja en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y fue la primera persona que se especializó en España en aplicar la Resonancia Paramagnética Electrónica (ESR) como método de datación. Desde el año 2007 pertenece al Equipo de Investigación de Atapuerca.
Dirección de contacto:
Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH)
davinia.dmg@gmail.com