En 2016 se puso en marcha un proyecto para recuperar un territorio histórico de águila perdicera en la provincia de Castellón. El año pasado, una pareja de la especie logró criar en la zona, certificando el éxito de la iniciativa. La instalación de una cámara de vídeo-vigilancia en el nido ha sido fundamental para este logro conservacionista.cc
Por Marta Ibáñez, Eugenia Claramonte, José Giménez, Blanca Baranda, Juan Luis Bort y Josep Bort
PRIMERA PARTE
Un trabajo meticuloso y visionario
En 2016 el Grup d’Estudi i Protecció dels Rapinyaires - Ecologistes en Acció (GER-EA) emprendió un proyecto para recuperar un territorio histórico del águila perdicera (Aquila fasciata), una especie catalogada como “En peligro de extinción” en muchas regiones de Europa y el Mediterráneo. La zona en cuestión, situada en la comarca de la Plana Alta, en la provincia de Castellón, había quedado abandonada por la especie seis años antes de la intervención debido a la muerte por electrocución de la pareja que ocupaba el territorio.
Con el objetivo de revertir esta situación, se identificaron los posibles problemas: electrocuciones, ahogamientos en balsas de riego y disparos por cazadores, entre otros. GER-EA se implicó principalmente en intentar que se rectificara el máximo número de tendidos eléctricos en un área de cincuenta kilómetros cuadrados y se instaló un nido artificial estratégicamente diseñado para atraer a las águilas y ofrecerles un refugio seguro, ya que el nido original había caído al barranco.
La creación del nido artificial no fue una tarea sencilla. El equipo del GER-EA realizó estudios del terreno, evaluando principalmente la disponibilidad de presas, especialmente conejo (Oryctolagus cuniculus) y perdiz (Alectoris rufa). También se valoró la seguridad frente a depredadores, la presencia de águila real (Aquila chrysaetos) y búho real (Bubo bubo) y posibles perturbaciones humanas (cazadores, escaladores, senderistas y agricultores).
AUTORES:
Marta Ibáñez Agulleiro, bióloga y naturalista, trabaja como Agente para la Protección de la Naturaleza en el Gobierno de Aragón.
Eugenia Claramonte Fortuño, licenciada en ciencias ambientales, trabaja como docente en temas de educación y control ambiental en el Institut Montilivi, en Girona.
José Giménez Segarra trabaja como Agente Medioambiental de la Generalitat Valenciana y forma parte del Grupo de Intervención en Altura (GIA). Colabora en numerosos proyectos con aves rapaces y en especial con el águila perdicera en la provincia de Castellón.
Blanca Baranda Aldabas es veterinaria de la Generalitat Valenciana especializada en medicina y conservación de fauna silvestre.
Juan Luis Bort Cubero, naturalista, administra la web Internatura.org y los anuarios ornitológicos de la provincia de Castellón y de la Comunidad Valenciana.
Josep Bort Cubero, naturalista, realiza proyectos con aves, sobre todo especies amenazadas. Fue fundador en 1983 del actual Grup d’Estudi i Protecció dels Rapinyaires - Ecologistes en Acció (GER-EA). El resto de autores de este artículo son miembros o colaboradores de GER-EA.
Dirección de contacto:
Josep Bort
jbort.internatura@gmail.com